Feria del Libro de Valladolid > Noticia Principal > Luis Alberto de Cuenca reivindica la poesía clara y libre tras su exclusión de la RAE: “España es un país en el que tener éxito genera envidia”
Apenas unos días después de que su candidatura a la Real Academia Española no lograra los votos necesarios para ser admitido como académico de número, Luis Alberto de Cuenca ha visitado la Feria del Libro de Valladolid para participar en un encuentro literario y atendió a los medios de comunicación, donde dio su visión de los acontecimientos que le dejaron fuera de la RAE por segunda vez tras la primera candidatura de 2004.
“Desde pequeñito quise ser académico de la Española, pero ahora ya de mayor me he dado cuenta de que no lo voy a ser, y me está divirtiendo mucho todo lo que se ha generado”, afirmó con ironía ante la prensa. El escritor, reciente Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, explicó que su candidatura se vio frustrada por la aparición de 13 votos en blanco, suficientes para impedirle alcanzar la mayoría exigida, pese a haber obtenido más apoyos que el otro candidato.
De Cuenca no ocultó su escepticismo ante el funcionamiento de las academias. “España es un país en el que tener éxito o ganar un premio importante genera envidia y cabreo”, señaló. En su opinión, factores como su paso por la política o la intensa visibilidad mediática de su candidatura pudieron influir negativamente en el resultado. “No está politizada al cien por cien, pero lo suficiente como para que no haya entrado yo”. El propio escritor recordó que en 2004 ya optó pero aún estaba reciente su paso por la política como Secretario de Estado de Cultura en el Gobierno de José María Aznar.
Momentos más tarde, en el Círculo de Recreo, el escritor mantuvo una cálida conversación con el también poeta Luis Felipe Comendador. La charla recorrió distintas etapas y temas de su carrera: la influencia del cómic, su etapa como poeta “posmoderno” surgido a rebufo de la movida madrileña, su vínculo con el cine negro y su convicción de que la poesía debe ser comprensible sin renunciar a la profundidad. “Disfruto mucho más de la poesía cuando la entiendo”, sentenció. “Hay una claridad que debe arrastrarte hacia otros poemas”.
En un ambiente cercano y distendido, compartieron anécdotas sobre el proceso creativo. De Cuenca confesó escribir casi siempre en el ordenador y trabajar tanto con poemas que nacen “de una sola tacada” como con otros que requieren múltiples versiones. “A veces tengo la sensación de estar escribiendo al dictado de alguien. Es absurdo, probablemente, pero explicable”, dijo.
También hubo espacio para reivindicar el carácter visual de su poesía. Recordó cómo algunos de sus versos fueron proyectados en conciertos y cómo actualmente se expone en Barbastro una muestra que relaciona su obra poética con carteles de cine: “Siempre ha habido una relación íntima entre el cinematógrafo y la poesía”.
El acto concluyó con lecturas de varios poemas —entre ellos uno dedicado a los académicos que votaron en blanco— y con una reflexión compartida: “Todo poema memorable arrastra un yo disfrazado, una ficción que nos representa y nos trasciende”.
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