Julia Viejo y Júlia Peró han participado hoy en un encuentro literario en la Feria del Libro de Valladolid en el que han conversado sobre literatura y sus primeras novelas: ‘Mala estrella’ y ‘Olor a hormiga’. Ambas comparten juventud y un estreno en la publicación de novelas que han tenido una gran acogida en el mercado editorial español. Pero las dos rehúyen la etiqueta de joven promesa de las letras.

Por un lado, la juventud, consideran, es un rasgo que no tiene por qué definirlas que en ciertos casos se puede ver con condescendencia que no desean y respecto a la promesa “te pone sobre los hombros unas expectativas que no sé si a veces son difíciles de superar”, ha expresado Viejo. “La experiencia, en la literatura no viene de la edad, que también, sino por la trayectoria previa y el bagaje acarreado antes”, ha apuntado Peró.

En todo caso, ambas llegan precedidas de una trayectoria editorial, en relatos cortos, en el caso de Julia Viejo y en poesía por parte de Júlia Peró antes de dar el salto a la novela, que llegó como una evolución natural.

Julia Viejo, autora de «Mala estrella», ha relatado su transición de escribir cuentos cortos a enfrentarse al desafío de una novela. «Uno de esos pequeños cuentos comenzó a crecer, descubriendo personajes y subtramas que requerían más tiempo y dedicación”, ha explicado Viejo. Para ella, la novela representa un esfuerzo prolongado y personal, en el que se vuelca una gran parte de sí misma.

Por su parte, Júlia Peró, escritora de «Olor a hormiga”, ha hablado sobre su evolución desde la poesía hacia la narrativa larga. «Quería escribir una novela para poner voz a otra que no fuera yo, explorando temas que quizás no me atrevía a abordar desde mi propia perspectiva”, ha mencionado Peró, quien ha destacado la diferencia estructural y emocional entre la poesía y la novela, cada una permitiendo diferentes formas de expresión.

Viejo, con 33 años, comentó que aunque puede ser gratificante, también puede generar condescendencia y expectativas difíciles de manejar. Peró coincidió, añadiendo que la experiencia literaria no depende de la edad, sino del recorrido y las vivencias previas.

La conversación se adentró en los desafíos que enfrentan las escritoras jóvenes al intentar publicar. Viejo mencionó los años de esfuerzo para encontrar una editorial, mientras que Peró destacó la dificultad de acceder al mundo editorial y la necesidad de esperar la oportunidad adecuada sin perder la esperanza. Ambas valoraron el papel de las editoriales independientes en la promoción de voces nuevas y diversas.

Al discutir los temas centrales de sus novelas, ambas autoras coincidieron en la importancia de abordar los ritos de paso en la vida de las mujeres y las violencias que recaen sobre sus cuerpos en diferentes etapas. Viejo exploró el fin de la infancia y el paso a la adolescencia en «Mala estrella», mientras que Peró se centró en el miedo a la vejez y la soledad en «Olor a hormiga».

Las autoras han reflexionado sobre la situación actual de la lectura en España. Ambas se han mostrado optimistas respecto al interés de los jóvenes por la literatura, subrayando la importancia de incentivar la lectura desde las escuelas de manera atractiva. También han destacado la necesidad de que más hombres lean a escritoras mujeres, ampliando así su perspectiva sobre diferentes realidades.