Feria del Libro de Valladolid > Noticia Principal > Jorge Eduardo Benavides: “La diferencia entre un escritor profesional y uno amateur es que el primero no se rinde”
“El escritor profesional no es el que publica más ni el que vive de esto, sino el que nunca se rindió”. Con esta afirmación, el autor peruano Jorge Eduardo Benavides ha centrado este sábado su intervención en la Feria del Libro de Valladolid, donde ha ofrecido un encuentro didáctico y participativo en forma de taller literario, acompañado por el periodista y moderador Samuel Regueira.
La actividad, celebrada en el marco de la programación dedicada a Perú como país invitado, se ha alejado del formato habitual de presentación de libros. En su lugar, Benavides ha compartido reflexiones y consejos prácticos sobre el oficio de escribir, dirigidos tanto a lectores como a quienes desean iniciarse en la narrativa. Con un tono cercano, irónico y didáctico, el escritor ha abordado aspectos como la construcción de descripciones, el manejo del narrador, la exposición de información y el uso del lenguaje.
Durante la sesión, el autor ha reivindicado la escritura como un oficio que requiere constancia, paciencia y trabajo. “Mucha gente me dice que le gustaría escribir, pero que no tiene tiempo. Entonces yo les contesto: el vago soy yo, que sí lo tengo. Lo que diferencia a un escritor amateur de uno profesional no es un título, es la perseverancia”, ha señalado.
Uno de los ejes del taller ha sido la importancia de la descripción en la creación literaria. “Una buena descripción no es un inventario ocular, sino una evocación. No se trata de enumerar ventanas y puertas, sino de crear una atmósfera que permita al lector entrar en ese mundo”, ha explicado, antes de poner como ejemplo un pasaje de su novela El enigma del convento.
Benavides también ha advertido sobre la exposición forzada, un error común en escritores principiantes, que consiste en introducir información de forma antinatural a través del diálogo. “En la vida real, nadie dice: ‘como recordarás, papá murió en un accidente aéreo’. Eso solo lo hace un personaje mal escrito”, ha apuntado, provocando las risas del público.
A lo largo del encuentro, el autor ha analizado los diferentes tipos de narrador —primera, segunda y tercera persona— y ha defendido el uso del estilo indirecto libre como herramienta para acercar al lector a la conciencia de los personajes sin romper la estructura narrativa. “El narrador es como una cámara que se acerca o se aleja. Lo importante es evitar que el lector sienta distancia con la historia”, ha destacado.
Otro de los consejos reiterados ha sido el valor del lenguaje sencillo. “Los buenos escritores dicen grandes cosas con palabras pequeñas. Los malos, pequeñas cosas con palabras grandes”, ha recordado, citando a Ernesto Sábato. En ese sentido, ha subrayado que no se trata de buscar términos rebuscados, sino de combinar palabras comunes de forma original y eficaz.
Para ilustrar sus ideas, Regueira ha leído fragmentos de varias de sus novelas, como La paz de los vencidos, Volver a Shangri-La o El asesinato de Laura Olivo, que han servido como ejemplos prácticos de cómo aplicar las técnicas narrativas comentadas. De ese modo ha permitido profundizar en el estilo y la mirada literaria del autor, destacando su defensa de la naturalidad, la economía del lenguaje y la complicidad con el lector.
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