La presencia de Elvira Lindo en la Feria del Libro de Valladolid ha suscitado un gran interés entre los lectores que primero han llenado el salón principal del Círculo de Recreo y posteriormente han formado largas colas para que la escritora firmase sus ejemplares de su última obra En la boca del lobo.

Durante el encuentro, en conversación con el periodista César Combarros, la autora ha destacado la importancia del espacio donde se desarrolla la historia, el enclave de Ademuz, que pertenece a la provincia Valencia, pero se adentra en Teruel, con el que tiene gran vinculación familiar y personal. “Primero fue el paisaje y luego busqué la forma de contarlo”, ha explicado en la rueda de prensa previa quien reconoció que “en la vida vamos dejando nuestros otros yos en distintos sitios” y en ese rincón de Ademuz dejó a la niña que fue.

A partir de este espacio, con un paisaje “muy rico y con una preciosa biodiversidad” construye la historia de Julieta, una niña de 11 años, que llega a Ademuz con su madre, que la tuvo con solo 16 y la relación que entabla con Emma, una joven profesora de ciencias, que termina siendo su mejor amiga. Una historia donde todo es ficción.

En la boca del lobo trata el desamparo infantil, y para abordarlo Elvira Lindo huye de exponerlo de una manera clara y cruda. “Quería seguir el ritmo de su pensamiento hasta llegar a ese momento mágico en el que ella encuentra un buen interlocutor para contar qué es lo que le ha roto el corazón”, ha expresado.

“Quise elegir un tono extremadamente delicado porque es el tono que he elegido cuando me he encontrado con personas dañadas; usar la delicadeza para narrar algo que es trágico”, ha expuesto.

Elvira Lindo ha tenido la oportunidad de intercambiar impresiones con los lectores que le transmitieron el cariño con el que han acogido a ambos personajes. “Yo les tomé muchísimo afecto y me costó mucho pensar que hasta aquí llegaba. Viendo la reacción de los lectores me queda el consuelo de saber que están siendo depositados en buenas manos”, ha expuesto.