Feria del Libro de Valladolid > Noticia Principal > El libro teatral reclama su sitio en la cultura escrita desde la Feria del Libro de Valladolid
La Feria del Libro de Valladolid ha acogido este miércoles una mesa redonda bajo el título Valladolid, ciudad del teatro, centrada en el estado del libro teatral en España. Con un elenco de primer nivel integrado por el crítico y dramaturgista José Gabriel López Antuñano, el editor Carlos Rod (La Uña Rota), el director gerente de la ADE, Carlos Rodríguez Alonso, y el investigador José Luis González Subías como moderador e interviniente, el encuentro ha permitido trazar un mapa crítico y realista del momento que vive la edición teatral en nuestro país, marcado por la vitalidad creativa, pero también por las carencias estructurales.
La primera gran afirmación ha surgido con claridad: “el libro teatral goza de buena salud editorial, pero continúa oculto a ojos del gran público”. Así lo ha expresado Carlos Rodríguez, quien ha recordado cómo en los años ochenta apenas existían colecciones de textos dramáticos y cómo, hoy en día, el número de títulos y editoriales dedicadas al género ha crecido exponencialmente. Sin embargo, ha lamentado que el teatro apenas tenga visibilidad en medios generalistas ni figure en listas de recomendaciones literarias, incluso en ferias como esta.
José Gabriel López Antuñano ha profundizado en la dimensión académica y formativa de este déficit. “Faltan libros de estudios teatrales”, ha subrayado. No se refería solo a ensayos especializados, sino a textos de alta divulgación que sistematicen el pensamiento escénico y lo acerquen al público lector y a los estudiantes. Ha comparado el panorama español con países como Francia o Alemania, donde la historiografía teatral y el análisis escénico cuentan con un sólido corpus bibliográfico que aquí apenas empieza a consolidarse.
Desde su experiencia como editor, Carlos Rod ha defendido el valor del teatro como literatura para ser leída y cuidada editorialmente, más allá del libreto funcional destinado a actores o montajes. Ha expresado que su sello, La Uña Rota, otorga a los libros teatrales el mismo tratamiento que a la poesía o la narrativa. “El lector no tiene por qué pensar en una puesta en escena; quiere seguir una historia”, ha afirmado, abogando por ediciones pensadas para el disfrute del lector y no solo para la representación.
Rod también ha destacado avances significativos, como la inclusión por primera vez de dramaturgos contemporáneos españoles en la Feria del Libro de Bogotá gracias al respaldo del Ministerio de Cultura. “Pequeñas conquistas como esta nos hacen ver que algo está cambiando”, ha concluido con optimismo.
A lo largo del encuentro se han abordado otros muchos temas, como la necesidad de fijar una terminología teatral común, la falta de manuales en las escuelas de arte dramático, la supervivencia del libro teatral sin subvenciones o la tensión entre el teatro como arte y como industria. Carlos Rodríguez ha recalcado que “todo arte necesita apoyo público, también el editorial”, mientras que González Subías ha advertido del peligro de que muchos conocimientos escénicos se pierdan por no estar sistematizados en textos de referencia.
El acto, conducido por el propio González Subías, fue clausurado por el director de la Feria, Pedro Ojeda, quien se ha comprometido a dar continuidad a estos debates en próximas ediciones. “El teatro debe estar en una feria del libro. Prometo que estas mesas continuarán”, ha asegurado.
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